¡ WonderLand !

Antes de hoy, no sabía exactamente qué era lo que pasaba. Pero algo imaginaba. Anoche, comprobé como se puede caer la imagen de alguien en tan pocos segundos. Impensable de verdad. Había sentido esa sensación de decepción muchas veces en el pasado. Pero jamás tan fuerte como ahora. Cierro los ojos y veo esa mirada despectiva, egoísta. Tanta soberbia junta. Qué tristeza. Cuánta pena que siento adentro por descubrir la verdad así. No hicieron falta palabras. Va, porque las únicas que pronunciaste fueron de repulsión. Yo veía en tus ojos ese brillito de una persona humilde, buena, comprensiva, cariñosa. Pero me equivoqué. ¡Como una idiota! No eras mas que un pobre infeliz que se siente superior. ¿Por tener dos pesos más? ¿Por andar con alguien que también se siente caída de Júpiter? ¿Por haber ganado un maldito partido de fútbol? ¿Por ser tremendamente lindo? Solo fisicamente, eso queda claro. Estás vacío, aunque estés tan lleno. Y es tan frustrante no poder decírtelo a la cara. No poder enfrentarte de una buena vez para que sepas que me destrozo por dentro cada vez que pasas. Que tiemblo hasta los pelos cuando te mueves en frente de mi. Que mis sueños se transformaron en tu palco de exclusividad desde aquella noche en que te vi por primera vez. Que mis días dejaron de ser míos para pasar a depender de tu sonrisa. Que mis horas solo pasan por ver tus ojos. Esos ojos que antes me miraban como con curiosidad, como diciendome que también me querían. Realmente que sería muy bueno soltarte todo esto que siento acá en el pecho. Aunque también creo sinceramente que no lo entenderías. No te caben los sentimientos puros como este inmenso y estúpido amor que te tengo. Siempre supe que eras un imposible. Pero no pensé que lo creyeras así. Espero que no te quedes solo. Porque en la vida, todo vuelve. No te olvides que aunque hoy estés arriba, mañana te tocará bajar.