miércoles, junio 15

La última carta...

Siempre imaginé que mi vida iba a terminarse cuando fuera muy muy viejita, acompañada de alguien especial y muchos nietos que me rodearan con sus hermosas risas. Nunca pensé que todo pasaría tan rápido, que las cosas no salieran exactamente como pretendía.
Vuelven los días grises, esos que con su inmensa tristeza me llenan completa. Ya no veo claro las cosas al frente, solo puedo ver lo oscuro que está todo a mi al rededor.
Quiero llorar. Y gritar. Pero no me salen las palabras. Creo que será por lo que acaba de suceder. Me quedo sin aliento, sin ganas de nada.
Debería pedir perdón a todos por lo que van a ver. Pero me es imposible. Y aún más después de todo el dolor que me causaron. Aunque no se dieran cuenta, siempre salí herida, sin que nadie me preguntara cómo estaba...
No pretendo que me lloren, ni que me recuerden. Solo quiero que se enteren de que existí y de que sufrí. Y mucho. Demasiado para mis pocos años.
Siempre dije que no había suficientes motivos para dejar el mundo. Y menos a esta edad. Donde los problemas son más pequeños de lo que pensamos. Y donde todo tiene solución...
Esta vez, me siento repleta. Llegué al límite. Al tope de mis sentidos.
Sonará de película, pero en este momento creo que ya no siento los dedos de las manos. Será por la sangre que veo correr lentamente a mi lado, quizás...
Se va como un río despacio por todo el piso. Qué imagen tan triste. Tan tétrica de ver...
Ojalá alguien entrara a detenerme. Pero entiendo que eso no va a pasar jamás. No existe nadie que pueda impedirlo. Y eso más que nada es porque no le importé nunca a nadie. Todos me verán y dirán que era tan jóven, tan estúpida...
Pero nunca sabrán que en mi interior estaba completamente destruída, sin consuelo. Y todo por una cosa que yo creía insignificante hace un tiempo atras. Todo porque me usaron. Me mintieron. Me engañaron.
Nadie vale la pena más que yo. Pero también quisiera que alguien sintiera aunque sea pena por mi.
Nadie me quiso, nadie me amó.
Y ahora, siento que mis dedos se cierran por la falta de energía. Ya no queda mucho para la despedida.
Esta será la última confesión que reciban. Y espero que puedan entender los motivos.
Perdón a quienes lo merecen. Y ¡vayanse al infierno a los demás!


[Perdón por el desahogo, era necesario]

2 comentarios:

  1. Creo que te lo dije pero esta entrada me identifica mucho, si no te molesta te la robo, con el crédito obbbbbbbbbbbbbveo & te hago más propa MMSEXY. Ajajajaja, mejor me voy a estudiar, entre Blog y Tumblr me consumen la vida (????)
    Te quiee (L)

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  2. Sí mi vida, ningún problema :) Te quiero mas <3

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