domingo, enero 1

Se fue el 2011. Otro año nuevo, y aca estamos. Iguales, inmóviles en el mismo lugar de siempre. Nada cambió, o quizás sí. 365 días que se fueron rápido, velozmente me dejaron. Tantas cosas pasaron, tantas personas también. Fue un año muy repleto de cosas. Buenas y malas. A veces un poco más de las peores, pero también hubo de las alegres. No me tendría que quejar, porque tan mal no me fue. Tan, digo, porque existieron dos que tres tropezones grosos, feos, tristes. Ya el tiempo los borrará, los dejará atras. Pero también hay de los mejores, de los que dieron gusto. Risas, salidas, alegrías, emociones, sentimientos, reencuentros, reconciliaciones. En este año que se fue, conocí a personas que llenaron mi vida de dicha y felicidad, aunque por razones del destino, o del inquieto tiempo que nos hace esperar, ya no forman parte de mis días, pero lo poco que duró fue intenso, increíble. Aprendí tanto. Me tropecé, me caí, me equivoqué y fallé, pero siempre me levanté y seguí. Seguí para saber que el mundo no se acababa con ese traspié. Lo voy a extrañar. Mucho. Más de lo que algún día podría reconocer. Pero la vida es así, seguir adelante es lo único que me queda. Porque con él se fueron otras cosas valiosas. Amistad, confianza, amor, cariño, aprecio. Y sobre todo, lealtad. Desapareció, se esfumó. Ya nada volverá a ser igual, no puede serlo. Duele, muy profundamente, pero así es como debe ser. 
El 2011 me dejó alegrías también. Mi recibida. ¡Qué bien se siente! Aunque no podré acostumbrarme tan fácil a este cambio, a dejar a mis bellos compañeros, a mi familia del corazón. A los que me supieron entender durante todo este tiempo, a los que me prestaron un hombro cuando era necesario llorar y a los que compartieron conmigo las risas cuando la alegría ya no cabía en mi pecho. Será distinto, pero qué lindo que así sea. Nuevos horizontes, nuevas metas. Nueva gente por conocer. Todo nuevo. Como el año.
Quiero brindar por todo, lo bueno y lo malo. Porque anoche, al alzar la copa, pensé en cada uno de los que marcó no solo este año que se fue, sino todos los anteriores también. Los que siguen, los que no están, los que se fueron y quizás también los que vendrán. Espero que este año traiga lo mejor de lo mejor para todos. Lo esencial, lo vital. 

¡ 2O12, te tengo Fe !