sábado, abril 23

Hoy sentí como si mi vida fuera un gran monólogo. Será porque dormí demasiado o porque ultimamente no ando muy acompañada, que me llovió una sensación enorme de vacío. Todos en la vida estamos solos, en el fondo no somos más que simples individuos en un mar de gente que mira sin mirar, que oye sin oir  y que habla sin hablar...
Recuerdo otras épocas a donde no necesitaba otra cosa que la bella compañía de la gente que me rodeaba. Pero casi como una brisa suave, eso se fue y quedó allá lejos, atras. Y ahí es cuando me viene a la mente una serie de cosas que pasaron, como imagenes de un video que pasa a muy alta velocidad, sin detenerse. Casualmente, el otro día veía una película que siempre me ha gustado mucho, aunque a veces me deja intranquilamente nerviosa... ¿Qué pasaría si un día me levantara sin recordar? Como si me hubieran borrado la memoria, todos los recuerdos estarían ausentes y ni siquiera sabría quién soy. Qué horrible sería, pienso. Es como perder tu historia, a las personas que más amaste y todos esos momentos que hicieron de tu vida un camino. Me sentiría como Joel, creo. Sin imaginarse que lo que vive no son más que los recuerdos que están quitando de su mente. Que a cada paso, a cada decisión, solamente está viendo cosas que ya pasaron y que posiblemente no volverán jamás... ¡Qué errada estaría si quisiera borrar algunas cosas de mi mente! Muchas veces lo he pensado. Hay momentos que duelen, que me han hecho tanto mal. Pero aunque quisiera arrancarlos de mis recuerdos, lo más sano es que vivan ahí. Porque gracias a ellos, sé que crecí, que aprendí, que viví. ¡Qué pobre sería mi alma sin recuerdos! Como un día nublado en el que el sol no se asoma a darnos su calor. Qué rara debió sentirse Clementine al verse olvidada. Porque no solo olvidar debe ser horrible. Sino que ser olvidado debe ser peor. Salir de la vida de alguien, como si nunca hubieras existido cuando en realidad formaste parte de una historia, de un lugar, de una persona. Realmente que debe ser feo estar en sus zapatos. Correr y correr para huir de la tortuosa máquina del olvido. Y nunca lograr esconderse. "Podrás correr, pero no esconderte... No de nosotros..." decía la voz fría que perseguia a Joel. Tristemente solo, por una tonta decisión. Creo que trataré de alejarme del papel de Joel. Pero sin dejar de admirar su tenacidad para escaparse de su triste realidad de soledad, tristeza y amargura. Y quisiera ser más valiente, como Clementine. Para no temer a ser olvidada, ni a olvidar. Porque al final, esas cosas del pasado, son las sensaciones que, mal que mal, y después de todo, nos mantienen vivos y alejados de aquel eterno resplandor de una mente sin recuerdos...

3 comentarios: