lunes, mayo 14

Qué crueles que son las despedidas ¿no? Tan díficiles de asimilar, de asumir, de superar. Hoy me toca despedirme, porque entendí que hay veces en la vida que no es nuestro momento, o nuestro lugar. Simplemente no pertenecemos ahí. Hay personas que sin saberlo, obligan a que nos despidamos de ellas, más alla de nuestra voluntad, la de los dos. Sentimientos, pasiones, recuerdos o simplemente impulsos, hacen que nos alejemos el uno del otro. Y aunque quiera quedarme, sé que no debo, no puedo. Me lo impide mi orgullo, sí, pero también mi enorme deseo de no sufrir más. Te amo, sé que lo sabes. Pero me amo más a mi, o por lo menos eso intento. Y aunque se me parte el alma y el corazón, sé que no estás hecho para mi. Nunca lo fuiste, aunque quisiera hacerlo parecer para convencerme de que sí podía ser. Lloraré hasta lo profundo y patalearé como bebé, pero quiero que tengas por seguro de que te olvidaré.
Nunca nos enseñaron a despedirnos. Por eso duele tanto cuando un día alguien se nos acerca y nos dice que se irá de nuestras vidas. O simplemente cuando no nos dicen. He llegado a creer que solo desean que suceda todo lo contrario: quedarse junto a uno. Pero la sorpresa y el dolor se adueñan del momento y no queda más que decir que palabras ofensivas, de odio y resentimiento para con la otra persona. No se nos da la táctica de reaccionar bien cuando deberíamos hacerlo. Por eso, lo que se debe, nunca es lo que se hace. Generalmente, uno saca su parte más afectiva y emocional en las situaciones en que uno debe desprenderse de LO QUE MÁS QUIERE en el mundo. Anticuada, puede que lo sea, pero que lindo sería que la gente valorase a la persona que tiene al lado, y que NO ESPERE A PERDERLA para comprender que la necesita, que la extraña, que es alguien importante e imprescindible. No hay despedida más dolorosa que la que no tiene explicación, que la silenciosa, que la que se hace por cobardía o por orgullo. Tantas cosas nos perdemos en la vida por no aprender a dejar nuestro ego fascinado de lado. Ojalá algún día, si me toca volver a despedir a alguien, lo haga con un abrazo, con palabras y sabiendo que LO MEJOR, NUNCA SE OLVIDA.

Gracias por todo. Hasta siempre mi amor

No hay comentarios:

Publicar un comentario