domingo, agosto 14

Cuando algunas veces me decían que todo en la vida se repite, que la historia vuelve a contarse una y otra vez, nunca logré creerlo. No por lo menos hasta el día de hoy. Cuando el pasado vuelve a hacerse presente y a golpear la puerta del futuro. ¡Qué sensación de Deja Vù cuando lo vi! Sentía que todo se repetía una vez más. Y quizás la vida no me de el tiempo suficiente como para entender el por qué, pero sí espero que me de la oportunidad de comprender que esto ha sido por algún motivo. Algo tal vez, más allá de la imaginación, de todo aquello que esté tan planificado, tan estructurado. Fue tan loco cuando pasó. Y vaya si es loco ahora que vuelve a suceder. Nunca creí en las sorpresas. Tampoco me dieron tantas como para obligarme a hacerlo. Definitivamente, todos los días cuando nos levantamos, el destino tiene preparado algo especial que logrará sorprendernos. Quizás para bien, otras tantas para mal. Pero siempre, siempre será para aprender. Dicen que de los errores se aprende, y puede ser que esta sea una forma de rehacer lo que debía, o definitivamente reescribir eso que pasó. Maravilloso es la palabra que usaría para una cosa así. Inexplicable, también. Jamás se me cruzó por la mente el encontrarme en un día a donde me plante y diga 'Guau, esto sí que es de otro mundo'. Qué fascinante puede ser el destino. Nos da oportunidades a cada momento. Nos deja evaluar y elegir, y hasta inclusive, nos deja volver a ver lo que pasó para saber si estuvo bien o mal, si merecimos o no y también sobre todas las cosas, para poder aprovechar esos momentos que se quedaron atras. Una vez más. Solo diré al respecto y dirigiéndome a todos aquellos que sean totalmente excepticos, que lo que pasó puede volver, el tren que se fue, alguna vez recorrerá de nuevo este mismo andén. Un Deja Vù no es una ilusión de nuestro cerebro. Existe. Y ¡qué bien se siente!




{Hoy no adjunto imagen ni nada más porque cualquier cosa arruinaría esto con facilidad...}

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