Te conocí un día de Enero, con la Luna en mi nariz. Y como vi que eras sincero, en tus ojos me perdí. Qué torpe distracción, qué dulce sensación. Y ahora que andamos por el mundo como Eneas y Benintin, yo te encontré varios rasguños que te hicieron por ahí. Pero mi loco amor, es tu mejor doctor. Voy a curarte el alma en duelo. Voy a dejarte como nuevo. Y todo va a pasar, pronto verás el sol brillar. Tú más que nadie, mereces ser feliz. Ya vas a ver, como van sanando poco a poco tus heridas. Ya vas a ver, como va la misma vida a decantar la sal que sobra en el mar. Y aunque hayas sido un extranjero hasta en tu propio país, si yo te digo '¿Cómo dices?' tú aún dices '¿Qué decís?'. Y lloras de emoción oyendo un bandoneón. Y aunque parezcas despistado con ese caminar pausado, conozco la razón que hace doler tu corazón. Por eso quise hacerte esta canción...
Tú más que nadie, mereces ser feliz ♪
ResponderEliminar